El tiempo pasaba y el escenario del Luna Park seguía vacío. Recién faltando cinco minutos para las 21 hs, O’ Connor salió para hacer su set de diez canciones. La banda no tuvo la mejor de las bienvenidas, pero supieron calmar un poco a las fieras hambrientas por escuchar a Megadeth.
Shawn Drover fue el primero en subirse al escenario y escuchar los aplausos del público argentino. Siguieron Chris Broderick y David Ellefson que seguramente pudieron sentir la energía de la gente, pero nada se compara a la emoción que se vivió en el estadio cuando apareció Dave Mustaine. Cada una de las personas en ese lugar coreábamos su nombre. Por fin todos ibamos a poder escuchar Rust in Peace en vivo, además otros temas como los de Endgame, claro. Con Dialectic Chaos empezó la hora cuarenta de show que continuó con This Day We Fight, In my Darkest Hour, Holly Wars… The Punishment Due y Hangar 18.
"Todos saben por qué estamos hoy acá... Para escuchar un poco de "Rust in Peace"... Esas fueron las palabras de Dave Mustaine antes de que escuchemos el riff inicial de Holy Wars, y eso significaba que Buenos Aires iba a ser testigo de como Megadeth tocaba este tremendo disco en vivo. La espera finalmente había terminado.
Entre los primeros temas, alguien del público se coló en el escenario, llegó a pararse al lado del colorado Mustaine y para cuando la seguridad intentó sacarlo, ya se había tirado de nuevo al campo. Cuanto terminó la tercer canción, la banda entera desapareció del escenario. Pasaron algunos momentos de dudas hasta que Mustaine explicó que tenían un problema, que ya lo iban a solucionar y que sólo había que esperar unos minutos. Así fue, el sonido mejoró y todo Rust in Peace siguió sonando sin más interrupciones.
Escuchar en vivo el bajo de Ellefson resulta difícil de explicar. Un sonido increíble, potente y nítido. No había motivo suficiente para dejar de mirar hipnotizado el escenario escuchando los riffs del líder de Megadeth. Los únicos momentos en los que se justificaba ver la pantalla gigante era cuando hacían un primer plano de la mano del colorado paseando la púa por las cuerdas de su guitarra a una velocidad incalculable. O para sumarse a un pogo.
“Cantando son el mejor público de todo el mundo”, dijo Mustaine antes de que empezara Headcrusher. De a poco la noche se iba terminando y la energía seguía aumentando. Con The Right to go Insane y una versión inmejorable de A Tout le Monde empezó la cuenta regresiva.
Sin dudas, uno de los mejores momentos fue cuando empezaron a sonar los riffs de Symphony Of Destruction, donde el Luna Park entero se partió al medio cuando las casi 10.000 personas empezaron a corear el ya clásico (y copiado en todo el mundo) "Megadeth, Megadeth, Aguante Megadeth!!".
Trust y Peace Sells la rompieron y cerraron el show. Los cuatro se pararon en el centro del escenario para despedirse. “Gracias a todos por acompañarnos esta noche. Los voy a extrañar”, dijo Mustaine antes de irse. La Sinfónica del Colorado hizo vibrar a Buenos Aires. Será hasta la próxima.
Setlist:
"Todos saben por qué estamos hoy acá... Para escuchar un poco de "Rust in Peace"... Esas fueron las palabras de Dave Mustaine antes de que escuchemos el riff inicial de Holy Wars, y eso significaba que Buenos Aires iba a ser testigo de como Megadeth tocaba este tremendo disco en vivo. La espera finalmente había terminado.
Entre los primeros temas, alguien del público se coló en el escenario, llegó a pararse al lado del colorado Mustaine y para cuando la seguridad intentó sacarlo, ya se había tirado de nuevo al campo. Cuanto terminó la tercer canción, la banda entera desapareció del escenario. Pasaron algunos momentos de dudas hasta que Mustaine explicó que tenían un problema, que ya lo iban a solucionar y que sólo había que esperar unos minutos. Así fue, el sonido mejoró y todo Rust in Peace siguió sonando sin más interrupciones.
Escuchar en vivo el bajo de Ellefson resulta difícil de explicar. Un sonido increíble, potente y nítido. No había motivo suficiente para dejar de mirar hipnotizado el escenario escuchando los riffs del líder de Megadeth. Los únicos momentos en los que se justificaba ver la pantalla gigante era cuando hacían un primer plano de la mano del colorado paseando la púa por las cuerdas de su guitarra a una velocidad incalculable. O para sumarse a un pogo.
“Cantando son el mejor público de todo el mundo”, dijo Mustaine antes de que empezara Headcrusher. De a poco la noche se iba terminando y la energía seguía aumentando. Con The Right to go Insane y una versión inmejorable de A Tout le Monde empezó la cuenta regresiva.
Sin dudas, uno de los mejores momentos fue cuando empezaron a sonar los riffs de Symphony Of Destruction, donde el Luna Park entero se partió al medio cuando las casi 10.000 personas empezaron a corear el ya clásico (y copiado en todo el mundo) "Megadeth, Megadeth, Aguante Megadeth!!".
Trust y Peace Sells la rompieron y cerraron el show. Los cuatro se pararon en el centro del escenario para despedirse. “Gracias a todos por acompañarnos esta noche. Los voy a extrañar”, dijo Mustaine antes de irse. La Sinfónica del Colorado hizo vibrar a Buenos Aires. Será hasta la próxima.
Setlist:
- Dialectic Chaos
- This Day We Fight!
- In My Darkest Hour
- Holy Wars... The Punishment Due
- Hangar 18
- Take No Prisoners
- Five Magics
- Poison Was the Cure
- Lucretia
- Tornado of Souls
- Dawn Patrol
- Rust in Peace... Polaris
- Headcrusher
- The Right to Go Insane
- A Tout Le Monde
- Symphony Of Destruction
- Trust
- Peace Sells
0 comentarios:
Publicar un comentario